Hace mucho que no escribo. Hoy con la lluvia, al caminar por la calle empezaron un montón de frases a inundarme la cabeza, una especie de descripción de como me siento o no siento ahora mismo... y mentalmente lo he escrito... con la lluvia resultaba poco práctico sacar un papel y plasmarlo... pero por otro lado, así resulta ser mas cautivo, como dejando ebullir a mis pensamientos en un ciclo que se revuelve en si mismo.
Analizando las gotas de agua que quedaban en mi impermeable, he pensado en su estructura. Cómo todos esos átomos se unen y son así y no de otra forma, se unen, y al unirse, todas sus moléculas se abrazan y se aferran a todas las superficies en un intento de no ser vencidas una vez más por la gravedad. Sin embargo, no deben darse cuenta que si caen, en algún momento se separarán y volverán a ser elevadas hacia arriba, o bien destinadas a otros lugares.
Todo resulta dinámico. La vida de cada uno de nosotros se asemeja al planeta tierra. Buscamos formas de albergar el mayor número de cosas en nuestra vida, al igual que en la tierra procuramos crear y multiplicar nuestros bienes y enseres.
Resulta curioso como algo complejo se desenvuelve independientemente de su tamaño. Nuestra vida, lo que nos envuelve y el hecho de plantearse tantísimas cuestiones acerca de ella, se asemeja al querer conocer todos los rincones y misterios del lugar donde vivimos; y siempre retornamos al mismo sitio.
No importa lo que digas o no digas, lo que hiciste o dejaste sin hacer... cada cosa que ocurre conlleva consecuencias y porqués que le hacen ser la cosa en si misma... y su desconocimiento, es lo que tiene que hacer despertar nuestro interés por aprovechar cada momento del rail del mundo y de nuestros momentos: el tiempo, el devenir eterno.
