Te miro, despacio, aún más lento. No puedo evitarlo.
Seguir sintiendo como el haz de tu sombra en la noche brilla con el tejido de tu piel: otra vez me enhebras ese primer momento, misterio, libertad, vida.
Lo haces cada vez que tus respiración se aproxima a mi, aunque mientras duermas dulcemente.
Hay tenues luces refulgentes estremeciéndose entre las ranuras de la persiana. Vibran, acogiéndose a nuestros párpados a punto de cerrarse, momento épico y silencioso, un pacto de caricias que deciden soñar algo mágico... y lo hacen.
Noche en la ciudad, con las almas en las estrellas y las materias fusionadas... crean enlaces "lovalentes" formando moléculas encantadoras. Hoy decicen flotar más alto, y de paso llevarnos con ellas... entropizada, aferrada u orbitando en torno a tu esencia, me encuentro asintótica , tendiendo al "infinito +1 beso" que asombrosamente vuelve a ser "el de buenas noches"